¿Cómo la iluminación ayuda al bienestar de las personas?

La iluminación correcta en casa

Ciudad de México.- Un objetivo de los profesionales en iluminación de los últimos años, en relación con las remodelaciones o nuevas construcciones arquitectónicas de todo tipo, es concientizar a los tomadores de decisiones sobre la importancia de la iluminación para funciones más allá de iluminar. Aparentemente inofensiva, de ella depende en cierta medida que un espacio cerrado sea desde muy confortable, con una buena planeación, hasta altamente estresante e incluso afectar la salud de las personas según sus condiciones.

De acuerdo con Juan Carlos Laso, CEO de Grupo Construlita, al que pertenece la marca mexicana de iluminación profesional Construlita, un aspecto clave en el desarrollo de la vida diaria es la iluminación, y por lo tanto hay que darle su justa dimensión al momento de realizar una edificación, para garantizar el bienestar de quienes la habitarán o pasarán parte de su jornada dentro de ella.

“Las actividades que realizamos a lo largo del día se ven influenciadas por periodos de luz y oscuridad, es decir el día y la noche o ciclo circadiano en términos técnicos, el cual es guiado cada 24 horas por la luz solar y regula procesos fisiológicos en nuestro cuerpo como el sueño, la temperatura corporal y la liberación de hormonas, entre otros. Su adecuado funcionamiento es crucial para mantener el equilibrio y bienestar en la salud, algo que los proyectistas pueden promover al seleccionar los luminarios ideales para el uso que tendrá cada espacio”, comenta.

Esta comprensión de algo que antes pareciera banal, ahora es una tendencia en crecimiento llamada iluminación centrada en las personas (human centric lighting): “Un enfoque de diseño y aplicación de sistemas de iluminación, basado en las necesidades y el bienestar de quienes habitan o utilizan un espacio determinado”, detalla el especialista.

En lugar de simplemente iluminar un espacio de manera uniforme o estandarizada, la human centric lighting considera factores como la ergonomía, la psicología y el confort visual para crear ambientes óptimos. En su evolución, los fabricantes han intentado reproducir, a través de la iluminación artificial, las temperaturas de color habituales, con el fin de no alterar el ciclo circadiano humano.

¿Qué son las temperaturas de color en la iluminación?

En la industria, se refiere a la característica de la luz visible y describe cómo luce el color de la luz a la vista humana. Se mide en Kelvin (K) y algunos conceptos clave al respecto, son:

  • Escala de temperatura: Comienza en el extremo más bajo (alrededor de 1,000 K) con la luz roja anaranjada similar a la de una vela, y va aumentando hasta alcanzar el azul del cielo en un día sin nubes (alrededor de 10,000 K). En este sentido, las temperaturas de color más bajas (2,000 a 3,000 K) son denominadas “cálidas”, con tonos del naranja al amarillo; mientras que las más altas, que emiten una luz más azulada, son “frías” (más de 5,000 K).
  • Aplicaciones: La temperatura de color puede afectar el ambiente de un espacio y tiene diversas aplicaciones, según la atmósfera que se quiera crear. Por ejemplo, una iluminación cálida es a menudo utilizada en hogares y restaurantes, sintiéndose acogedora; mientras que la iluminación fría se usa en hospitales, escuelas y oficinas, promoviendo la concentración y que las personas estén alerta.
  • Efectos psicológicos: La temperatura de color puede influir en el estado de ánimo y la percepción espacial. Las luces cálidas suelen ser relajantes, mientras que las frías pueden ser energizantes y mejoran la atención. Haciendo una comparación con los momentos naturales del día, la luz de la mañana y de la tarde es más cálida, en tanto que al mediodía es más fría y brillante.
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Regresando al papel de la iluminación desde el punto de vista biológico, la temperatura de color puede afectar el ciclo circadiano de diversas formas, destacando dos relaciones:

  • Luz azul y melatonina: La luz más azul, con alta temperatura de color (como la del día en su plenitud, entre 5,000 y 6,500 K), puede inhibir la producción de melatonina, una hormona clave para regular el ciclo sueño-vigilia. Si bien la exposición a esta luz durante el día ayuda a mantenernos despiertos, por la noche puede perturbar el sueño.
  • Luz cálida y relajación: Las temperaturas de color más bajas (como la de una puesta de sol, alrededor de 2,700 a 3,000 K), no afectan tanto la producción de melatonina y son más propicias para la relajación y preparación antes de dormir.

La luz como apapacho emocional

Por último, para fomentar una recuperación en temas emocionales, debemos partir de que la intensidad de la luz artificial y las temperaturas de color recomendadas pueden variar, según las necesdades individuales y el contexto específico. Sin embargo, algunas pautas generales son:

  • Para la relajación, lo más propicio es una luz suave y difusa, cuya intensidad sea de baja a moderada. Hay que evitarla luz intensa, pues abruma y crea ambientes estresantes.
  • Para crear un ambiente acogedor y reconfortante, que en entornos residenciales o de atención sanitaria ayudan a las personas a sentirse más cómodas y relajadas, las temperaturas de color sugeridas son las cálidas, en específico de 2,700 a 3,000 K.
  • El mismo rango de calidez (2,700 a 3,000 K) también es el recomendado para espacios de hospitalidad, como los hoteles, emitiendo una luz amarilla relajante que puede ayudar a los huéspedes a relajarse y dormir mejor. Si el inmueble proporciona opciones de iluminación regulable para ajustar la intensidad, la experiencia será más confortable y personalizada. Las lámparas de mesa o de pie, arbotantes de pared o sistemas empotrados en el techo de la habitación, evitan el deslumbramiento y facilitan una iluminación más suave y uniforme.
  • La luz azul y la noche no se llevan, ya que una alta exposición a ella en las últimas horas del día puede afectar la recuperación emocional y la calidad del sueño, debido a que interfiere con la producción de melatonina como se explicó anteriormente.
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“Si nuestra exposición a la luz solar directa es limitada, hay que simular la luz natural con los luminarios, algo que se consigue fácilmente empleando luces LED, que además favorecen a la sustentabilidad y el ahorro energético. Con esta tecnología de iluminación, más dispositivos de control y atenuación o apps que permitan personalizar los entornos, según las necesidades emocionales y de confort de cada persona, se puede mantener el ritmo circadiano y mejorar el estado de ánimo. Las implicaciones de la iluminación para la salud no son cosa menor, forman parte de un todo en la búsqueda de nuestro bienestar”; concluye el CEO de Grupo Construlita.

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